Glog ha llevado siempre un orden, siempre una línea, un camino que seguir. Pero un día se rompe, y con ello todo lo demás.
Cuando todo se para, hay dos posibles soluciones: quedarte mirando o salir a flote aunque te duelan los brazos de tanto nadar. Glog se quedó en el término medio, hasta hace poco, que decidió aparecer aquí. Ahora a través de estas líneas contará sus experiencias, sus aventuras y desventuras, su opinión... en definitiva: el peque Glog se ha puesto a nadar, y espera que sigais atentos cada uno de sus movimientos en el agua. ¡ÁNIMO!
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