miércoles, 11 de septiembre de 2013

Uno de esos amores imposibles

  A veces es un flechazo a primera vista, otras es uno de esos amores que crece en ti poco a poco y te va conquistando a medida que pasa el tiempo, y otras ocasiones aparece sin más… y ya no hay vuelta atrás, estás enamorado hasta la médula. Esta será una pasión que te acompañe toda la vida, de la que no te podrás librar, de esas que te revuelven las tripas, de las que te hacen enloquecer, tan feliz y tan desgraciado a la vez.
 
   Puede parecer una historia bonita ¿por qué no? El amor de tu vida, sí, pero en realidad todos sabemos que trata de algo imposible. Hubo una época en la que te dejaban soñar con él, en la que hacíais planes de futuro, juntos, siempre juntos. Entonces no imaginabais que aquello no podía ser, que lo vuestro iba a tener que superar barreras cada vez más grandes, de las que os iban a desgastar, de las que conseguirían separaros pese a vuestro convencimiento de que aquello nunca ocurriría. No, eso jamás, vosotros podíais con todo.
 
   Sin embargo, así fue. No permitían lo vuestro ¿el motivo? Qué más da, nunca hay uno suficiente para impedir una relación como esta. Al principio luchasteis, desafiasteis a todo, lo intentasteis con todo vuestro ser. Más tarde, tú empezaste a decaer, pero tu amor insistía en que no podíais rendiros. Volvíais con fuerza, aunque nunca había manera de seguir: teníais que pasar épocas a escondidas, otras procurabas alejarte, había veces en que te dejabas llevar y era maravilloso y de nuevo venía tu intento de acabar con todo, mas la pasión era irrefrenable, superior a ti. Al final llegó el momento, te rendiste.
 
   Como he dicho al principio, es un amor que te persigue toda la vida y no te podrás librar de él, por mucho que te rindas, que te alejes, que renuncies… siempre está ahí. Esta es nuestra relación, la que muchos vivimos con ella, que sufrimos y adoramos, como una dulce condena: la vocación.