sábado, 16 de febrero de 2013

Aprender

    Después de la pequeña (o gran) parada que ha hecho mi autora en el camino, me toca seguir, ¿cómo siempre?
No, como siempre no, pocas cosas son permanentes, la mayoría de ellas evolucionan. Yo tampoco estoy estancado en la misma parte del camino en la que comencé...

    Hay ratos en los que las zancadas son más grandes, otros en los que parecen pasitos de hormiguitas, pero aún así son capaces de llevarte más lejos de lo que tú imaginas. En algunos momentos necesitamos un empujón, y en otros tirarnos al vacío de cabeza sin importarnos nada más.

    No todo el trayecto es perfecto, nos equivocamos, pero lo mejor de todo es aprender. Eso es lo que quiero destacar, lo maravilloso que es la capacidad que tenemos para saber algo nuevo, ya sea malo, bueno, mejor o peor. Ya lo decía Carmen Rojas, una mujer que fue centenaria, "El saber es el mayor capital del mundo".

    Da igual a que altura del camino te encuentres ahora, si hay más oscuridad o más luz que antes, si te sientes más o menos afortunado... de igual modo te has hecho mayor, más grande. Porque has adquirido algo más de experiencia, porque has aprendido. Y lo has hecho de igual modo tanto de tus caídas como de tus remontadas, tanto de unos como de otros, porque todo el mundo tiene algo que enseñarte.

    Pero si tienes complejo de Peter Pan tranquilo, todavía queda mucho camino por delante. Así que agarra bien tu mochila, átate bien los cordones de las zapatillas, y continúa.
Espero que este stop nos haya servido para sonreir juntos a estas alturas.


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